viernes, 21 de enero de 2011

SOLO TIENE MUJER QUIEN PUEDE!!!‏



Luis Fernando Veríssimo, escritor brasileño (Porto Alegre, Rio Grande do Sul, 26 de Septiembre de 1936)


El irrespeto por la naturaleza ha afectado la supervivencia de varios seres, y entre los más amenazados está la hembra de la especie humana.

Tengo apenas un ejemplar en casa, que mantengo con mucho celo y dedicación, pero en verdad creo que es ella la que me mantiene. Por lo tanto, por una cuestión de auto-supervivencia, lanzo la campaña “Salvemos a las mujeres”.
Tomen de acá mis pocos conocimientos sobre la fisiología de la feminidad, con el fin de que preservemos los raros y preciosos ejemplares que todavía quedan:

1. Hábitat:
La mujer no puede vivir en cautiverio. Si está enjaulada, huirá o morirá por dentro. No hay cadenas que las aten y las que se someten a la jaula pierden su DNA. Usted jamás tendrá la posesión sobre una mujer; lo que la va a atar a usted es una línea frágil que necesita ser reforzada diariamente.

2. Alimentación correcta:
Nadie vive de la brisa. Mujer vive de cariño. Déle en abundancia. Es cosa de hombre, y si ella no lo recibe de usted, lo buscará en otro. Besos matinales y un “yo te amo” al desayuno las mantienen bellas y perfumadas durante todo el día. Un abrazo diario es como el agua para los helechos. No la deje deshidratarse. Por lo menos una vez al mes es necesario, si no obligatorio, servirle un plato especial.

3. F l o r e s:
También hacen parte del menú. Mujer que no recibe flores se marchita rápidamente y adquiere rasgos masculinos como la brusquedad y el trato áspero.

4. Respete la naturaleza:
¿No soporta la TPM (tensión pre-menstrual)? Cásese con un hombre. Las mujeres menstrúan, lloran por cualquier cosa, les gusta hablar de cómo les fue en el día, de discutir sobre la relación. Si quiere vivir con una mujer, prepárese para eso.

5. No restrinja su vanidad:
Es propio de la mujer hidratar las mechas, pintarse las uñas, echarse labial, estar todo un día en el salón de belleza, coleccionar aretes, comprarse muchos zapatos, pasar horas escogiendo ropas en un centro comercial. Comprenda todo esto y apóyela.

6. El cerebro femenino no es un mito
Por inseguridad, la mayoría de los hombres prefiere no creer en la existencia del cerebro femenino. Por ello, buscan aquellas que fingen no tenerlo (y algunas realmente lo jubilaron). Entonces, aguante: mujer sin cerebro no es mujer, sino un simple objeto decorativo. Si usted está cansado de coleccionar estatuillas, intente relacionarse con una mujer.
Algunas le mostrarán que tienen más materia gris que usted. No les huya, aprenda con ellas y crezca. Y no se preocupe; al contrario de lo que ocurre con los hombres, la inteligencia no funciona como repelente para las mujeres.

7. No haga sombra sobre ella...
Si usted quiere ser un gran hombre tenga una mujer a su lado, nunca atrás. De esa forma, cuando ella brille, usted se bronceará. Sin embargo, si ella está atrás, usted llevará una patada en el trasero.

8. Acepte:
Mujeres también tienen luz propia y no dependen de nosotros para brillar. El hombre sabio alimenta los potenciales de su compañera y los utiliza para motivar los propios. Él sabe que, preservando y cultivando la mujer, él estará salvándose a sí mismo.
Mi amigo, si usted piensa que la mujer es demasiado costosa, vuélvase GAY. ¡Sólo tiene mujer quien puede!

Luis Fernando Veríssimo

sábado, 8 de enero de 2011

El papel de la mujer en la sociedad.

De entre las tantas revoluciones que vivimos hoy en día, una de las más mediáticas es la del papel de la mujer en la sociedad. Esta nueva corriente que busca reivindicar a la mujer dentro de la estructura de la sociedad, luchando por que las mujeres tengan un espacio real en la toma de decisiones sociales, es un proceso que ya lleva años desarrollándose y que ya tiene resultados muy visibles.

Nadie puede discutir la competencia o aptitud del sexo femenino en el desenvolvimiento de estas funciones ya que la historia reciente nos proporciona evidencias suficientes para llegar a un fallo favorable sobre el actuar de las mujeres en la gestión pública y privada. Este proceso de emancipación de las mujeres, de liberación si se quiere, se ve reflejado en todos los ámbitos de la sociedad: empresas, organizaciones, etc. Tanto es así que recientemente se creó un nuevo organismo internacional denominado ONU MUJER, presidido por la ex presidenta chilena Michelle Bachelet.

Económicamente es probable que esta ola haya generado beneficios en casi todos los sentidos. Ingreso de talento en el mercado laboral aumentando la competitividad, y por ende la eficiencia en el mercado; los hogares recibieron un ingreso a más y los números se llevaron de manera más holgada en muchos hogares.

Es cierto que en un mercado laboral de por si saturado y con escases de demanda, la noticia no pudo haber caído del todo bien para muchos varones que vieron entrar al juego a mas jugadores, en este caso con unas competencias y características algo distintas. Este nuevo proceso parece beneficioso para la sociedad en su conjunto, pero por ello no podemos obviar las desventajas de esta tendencia.

En muchos países, los incentivos están dirigidos que solo uno de los miembros en una pareja salga a trabajar. En Japón y muchos países europeos, los impuestos hacen que sea más conveniente que en un matrimonio solo uno de los miembros trabaje. Estos incentivos fiscales hacen que uno de los padres quede en el hogar a cuidar de los niños.

Viéndolo de este modo, el sistema no parece tan desagradable. Se puede entrar a discutir que con este tipo de sistemas nuevamente se cae en la dependencia económica de la mujer y todos los vicios que esta dependencia acarrea. Además de conseguir que uno de los padres quede en el hogar, es probable que debido a la dependencia de un miembro hacia el otro, las posibilidades de una separación disminuyan. Es difícil dejar de caer en la tentación de afirmar que la independencia de los miembros entre sí puede llevar aparejado una mayor probabilidad de divorcios.

Esta tendencia feminista por darle un nombre, como toda revolución puede traer -y de hecho creo que lo hace- costes sociales en una sociedad conservadora con una base social fundada en la familia, en donde la mujer-madre es la piedra fundamental de todo el sistema. La falta de estudios serios respecto al impacto social de este fenómeno no nos permite afirmar ni rechazar a base de datos científicos ninguna hipótesis.

Es probable haya un consenso respecto a la mayor aptitud de la mujer para la crianza de los niños. El cambio radical de las funciones de una mujer en la sociedad puede no ser del totalmente beneficioso a largo plazo debido a la casi incompatibilidad de las nuevas funciones con las funciones tradicionales en algunas etapas criticas de esta última.

En una sociedad, existen diversos actores, cada uno con aptitudes diferentes, unos mejores que otros para determinadas funciones. Mediante un sistema de asignación de funciones se llega a un equilibrio el cual se estima el cual no siempre es el más conveniente o eficiente. Este punto de equilibrio de asignaciones sociales es un equilibrio dinámico, que evoluciona continuamente para mejor o peor.

En el conflicto presentado por esta nueva tendencia deberíamos de buscar un punto de equilibrio mediante una identificación de nuestras prioridades como sociedad y como personas. Este equilibrio esta, sino determinado, estrechamente condicionado por la escala de valores de la sociedad. Es precisamente esta escala de valores tradicionales la que hoy sufre una mutación debido a la internacionalización de ciertos conceptos nuevos no siempre beneficiosos para la sociedad y por ende para los individuos que la componen.

Siendo justos debemos admitir una realidad que obliga a muchas a madres a buscar el pan de cada día. Pero en muchos casos lo que realmente mueve es un deseo de afirmación social y de libertad. Debemos replantearnos ciertos conceptos trascendentales como la libertad, el amor, la justicia, etc. Al replantearnos estos conceptos necesariamente vamos a identificar los valores que deben guiar nuestra vida, y es casi seguro se descarte esta nueva tendencia de prosecusion del éxito como fin ultísimo de vida.

La afirmación de los valores fundamentales con toda certeza implica una afirmación de la familia y su relevancia en la sociedad. Esta afirmación de ninguna manera rechaza la posibilidad de proyección de la mujer en funciones sociales diferentes, sino que identifica prioridades las cuales sin dudas conducen a una mejor asignación de las funciones sociales entre los actores de la sociedad. Limitar a la mujer a su función social tradicional es un error casi tan grande como afirmar estos nuevos valores vacíos lamentablemente tan aceptados hoy en día.