lunes, 28 de junio de 2010

El fútbol, un arte, una guerra.

Con la clasificación paraguaya a octavos como era de esperar se desató la fiesta y las caravanas vinieron desde diversos puntos de la ciudad para encontrarse en la Av. Bernardino Caballero. Camionetas con personas con medio cuerpo afuera por la ventana agitando banderas, gritando y tomando alcohol; y como no podían faltar cientos de motociclistas que sacan de quicio a cualquiera con los molestos ruidos de los caños escape modificados para ser mas ruidosos, mayor muestra de pelotudez imposible.

La repentina vuelta a la vida de la Ruta Internacional no llamo la atención, tampoco la imagen que acabe de describir. Hubiera podido decir que ninguna de las 4 o talvez 5 caravanas que pasaron por en frente a mi trabajo motivaron este articulo sino fuera por una. Mitad caravana de albirrojos, mitad caravana proselitista. Cierto, estamos en campaña proselitista para las internas.

La peculiar caravana me trajo nuevamente a la realidad, me despertó de la anestesia en la cual me sumergió el mundial con sus colores y goles, o falta de goles en algunos casos. Así, descubrí que la economía del país había crecido a una tasa histórica del 10.9% en el segundo trimestre; que el BCP tuvo que devolver el 64% de los bonos emitidos por el Tesoro ya que solo pudieron colocar el 26% en las instituciones financieras lo cual indica que tendremos problemas para financiar algún gasto, ando rezando para que no haya tenido nada que ver con educación pero no se me sale el mal presentimiento.

Días antes del mundial había leído un articulo de Openhaimer preguntándose cuales podrían ser las implicancias del mundial en la política. Decía que el mundial desviaría la atención del publico y que por ende los políticos podrían aprovechar la ocasión para llevar a cabo maniobras impopulares, además de que los gobiernos oficialistas podrían recibir un aire fresco si la selección de sus respetivos países consiguieran hacer un buen papel en el torneo.

Sobre el primer punto no me quedan dudas, lo sufrí en carne propia. Respecto al segundo, la intromisión del presidente francés Sarkozy pidiendo una investigación sobre el fracaso de los “bleus” constituye un apoyo empírico a la tesis. Un mal mundial lógicamente implica un mal humor y un pesimismo en la población. Mientras la selección vaya bien, todo marcha bien: el EPP, ni los políticos insufribles, ni la inseguridad nos quita de la pantalla, ¿para que?. El “total siempre fueron los albirrojos quienes nos dieron las mayores alegrías” parece instalarse en la mentalidad común.

Hablamos de la influencias del resultado de las selecciones de un país en el mundial en la sociedad, ahora, ¿existe una influencia de la situación socio-económica en las respectivas selecciones? ¿Explica la crisis europea el fracaso de la mayoría de los equipos europeos, y también el relativo buen ambiente económico la buena campaña de las selecciones sudamericanas se preguntaba el francés Dominique Moisi? Si hacemos una mirada global parece que si. Los africanos con peores resultados de lo que se esperaba, los asiáticos progresando en base a la disciplina colectiva pese a su carencia individual, los sudamericanos demostrando creatividad y en este mundial en particular dominando el escenario, los europeos sumidos en una depresión y total falta de renovación salvo en Alemania, España y Portugal. Personalmente disiento con la idea, es más fácil encontrar la falta de correlatividad entre la situación social y la futbolística; basta ver el buen ambiente económico peruano y su no clasificación al mundial, ademas España contradice la tesis.

No podemos negar que el futbol puede representar la idiosincrasia de un pueblo, así tenemos un futbol alegre y vistoso en Brasil, uno de mucha garra y lucha en Uruguay y Paraguay, en Argentina creatividad y algo de soberbia, Alemania un equipo bien ensamblado y disciplinado; y así podemos seguir con la lista y siempre encontrar una similitud entre la idiosincrasia de las sociedades y sus selecciones.

También es un hecho que el futbol representa una oportunidad para despertar los sentimientos tribales. Un partido de Argentina contra Inglaterra está cargado indudablemente de un sentimiento de patriotismo que va mas allá de la simple rivalidad futbolística entrando a influenciar las cicatrices de la historia. Así hablamos de la raza paraguaya refiriéndonos a nuestras cualidades representados en los once jugadores en la cancha en donde una victoria implica la superioridad de nuestra raza sobre otra, vemos representados nuestra identidad en nuestra selección y por ende el orgullo nacional. Para los paraguayos el futbol se presenta muchas veces como una gran oportunidad de valorarnos y vengar algunos resentimientos históricos que aun no pudimos borrar de nuestra memoria. No es difícil encontrar, y no sorprende leer, comentarios en los blogs haciendo referencia a la guerra de la triple alianza ante un partido contra Argentina o Brasil, la venganza ante nuestros una vez vencedores parece tan dulce por más que solo sea simbólicamente. No vi mayor festejo en el país que cuando ganamos a las selecciones de nuestros vecinos, aunque según me cuentan la caída de la dictadura se festejo mas, de todas maneras estoy casi seguro de que un campeonato mundial a nuestro haber supera aquel importante acontecimiento histórico.

Es correcto decir que el futbol es guerra, ya lo dijeron otros y lo repito ahora. Negar nuestros sentimientos tribales es negar nuestra propia humanidad. No creo haya razones para reprimir nuestros sentimientos tribales y vengar viejas rencillas siempre y cuando sea en el terreno de futbol, así talvez el resentimiento se borre y se pueda construir una hermandad mas sólida. Tanto es así, que proponer partidos de futbol entre selecciones de dos países en conflicto no es una mala idea a la hora de buscar un acercamiento y limar asperezas. Hay quienes dicen que se podría comenzar organizando un amistoso entre Israel y Palestina. La historia tiene antecedentes, como la Copa Paz del Chaco entre las selecciones de Paraguay y Bolivia, y si mal no recuerdo también ya hubo un encuentro entre las dos Coreas.

La influencia del futbol en el mundo es gigantesca, tanto que la FIFA tiene el atrevimiento de impedir a los gobiernos nacionales intervenir en el futbol. Es sin dudas el deporte mas hermoso, y por mas algunos se pregunten porque diablos nos limitamos a utilizar los pies cuando la bipedad del hombre talvez sea su mayor desventaja atlética respecto a los demás animales es imposible no rendirse ante la cita que dice que el futbol es una arte. Así como el arte es la expresión de un pueblo, el fútbol comparte la misma funcionalidad expresiva, en donde resaltan los elementos y valores mas aceptados de una sociedad, como la lucha acá en Paraguay, la disciplina en Japón.Un ballet improvisado que genera amistades y enemistades, que influye en la economía y la sociedad, una ventana por donde todos pueden escapar y tomarse un respiro. Al fin y al cabo ¿No se merece el mundo un mes de vacaciones cada cuatro años? Yo creo que si. Así que cierro esto y me instalo a ver el partido de Brasil y Chile sin antes dejar de decir: ARRIBA PARAGUAY…!!!!

1 comentario:

  1. este debe ser tu articulo mas chabacano, como sabes no me apasiona el futbol, pero si asumo es el deporte mas practicado en el mundo y como tal tiene gran influencia en la ciudadania.

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